¿QUÉ DEBO HACER ANTE UNA LESIÓN DE TOBILLO?
Como ya sabemos, la articulación del tobillo o articulación talocrural, es la articulación distal del miembro inferior y posee un único grado de libertad. Condiciona los movimientos del pie en el plano sagital y es indispensable para actividades tan básicas como la marcha.
ANATOMÍA DEL TOBILLO
Dentro de este apartado nos centraremos tanto en los ligamentos que recubren esta articulación como en los músculos que determinaran los movimientos que puede realizar.
Comenzaremos diferenciando entre los ligamentos laterales y después nos centraremos en los anteriores y posteriores.
Dentro del primer grupo encontramos con el ligamento lateral externo podremos encontras tres haces:
Haz anterior: Borde anterior del maléolo lateral peroneo hasta el astrágalo. (ligamento calcaneoperoneo o peroneoastragalino).
Haz medio: Punto más prominente del maléolo hasta el calcáneo.
Haz posterior: Cara interna del maléolo hasta el astrágalo.
Del maléolo lateral también parten los dos ligamentos peroneotibiales inferiores: el anterior y el posterior.
En cuanto al ligamento lateral interno nos centraremos en dos planos: el plano profundo y el superficial:
Plano profundo:
Haz anterior: oblicuo hacia abajo y hacia delante, se inserta en la rama interna del yugo astragalino.
Haz posterior: oblicuo hacia abajo y hacia atrás, se inserta en una fosa profunda localizada por debajo de la carrilla interna.
Plano superficial:
Ligamento deltoideo.
En el plano frontal nos encontraremos únicamente con dos ligamentos:
Ligamento posterior.
Ligamento anterior.
Hemos subrayado en negrita aquellos en los que nos centraremos en el futuro.
En cuanto a la musculatura, existen una serie de músculos alrededor de la articulación que los permitirán orientar el pie a nuestro gusto.
ESTADÍSTICAS
Como muestran las estadísticas acerca de lesiones articulares, el tobillo se encuentra entre las más comunes en deportes colectivos tales como el fútbol o el baloncesto, donde a lo largo de un partido se realizan una gran cantidad de salto y cambios de dirección, poniendo de esta forma en riesgo la articulación. Es por ello que dentro de la programación hay que añadir un apartado exclusivo para la potenciación de esta articulación.
COMO TRATAR UNA LESIÓN DE TOBILLO
En primer lugar debemos de conocer el grado de lesión que sufre nuestro tobillo, para ello es necesario que acudamos a un especialista que nos lo valore con garantías:
1. Esguince grado 1: solo hay una distensión del ligamento sin desgarro del mismo, es el esguince más leve
2. Esguince grado 2: pueden ser leves o moderados y existe desagarro del ligamento sin llegar a rotura total. Los moderados pueden acompañarse de roturas oseas y requieren inmovilización con escayola o férula dorsal.
3. Esguince grado 3: rotura total del ligamento asociada o no a rotura ósea. Requiere tratamiento quirúrgico para unir el ligamento.
Una vez que se ha determinado, nuestro médico nos dará las indicaciones correctas para su tratamiento en las 2 primeras fases. En la tercera ya comenzaremos a trabajar con un graduado CAFD:
Tratamiento en 3 fases
1. Primera fase, primeras 72 horas: REPOSO ABSOLUTO con el pie en alto. Aplicación del vendaje que el medico crea más conveniente según grado, elevación y frío local.
2. Segunda fase: REPOSO RELATIVO: A partir del 4º-7º días según grado el esguince. Se puede iniciar el apoyo progresivo con muletas, lentamente según tolerancia al dolor, no forzar. Se puede usar tobillera con cordones u ortesis semirigida de tobillo de venta en ortopedias. Una alternativa son los vendajes funcionales o elásticos. Iniciar ejercicios isométricos.
3. Tercera fase: Continuar ejercicios fortalecimiento y a partir de las 3-4 semanas ejercicios propioceptivos.
Durante la tercera fase de cualquier esguince de tobillo ya se puede comenzar a realizar actividad física siempre y cuando no sea muy exigente para la articulación, de tal forma que actividades como la bicicleta estática, la elíptica o pequeñas dosis de carrera continua en cinta podrán ser realizadas sin ningún problema con el objetivo de mantener nuestra forma física. Además de ellos, como se indican en los párrafos anteriores, es recomendable la utilización de ejercicios de propiocepción tanto en esta fase como a lo largo del resto de la carrera, ya que aparte de recuperarnos de nuestra lesión nos aseguraremos de que la zona sea mucho más reacia a lesionarse. Es por ello que se debe de plantear una buena progresión desde ejercicios simples en plataformas estables hasta ejercicios más complejos en diferentes apoyos sobre superficies inestables a la vez que se les aplica un estímulo.
REFERENCIAS
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Johansson, H., P. Sjolander y P. Soljka. 1991. A sensory role for the cruciate ligaments. Clinical Orthopedics and Related Research 268:161-178.
Radcliffe. J.C. 1999. High-Powered Plyometrics. Champaign, Illinois: Human Kinetics.
Saal, J. 1995. The role of inflammation in lumbar pain. Spine 20: 1821-1827.
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